Luciano (Sebastian Montagna) y Momi (Sofía Bertolotto) son personajes claves en esta historia. En ambos se produce una muerte. Si bien vemos la caída de Luciano y presuponemos su muerte, durante todo el relato se juega con un peligro inminente: el padre lo tapa inmóvil mientras duerme, sus amigos, mientras le apuntan con la escopeta, le dicen que se mueva de la línea de disparo y en una escena posterior, en un pantallazo general, se escucha el sonido del escopetazo sin saber qué habrá ocurrido allí, su hermana y una amiga le dicen jugando “estas muerto” e incluso él mismo juega a no respirar.
El ambiente y el clima nos llevan al interior del país, donde el barro, la humedad, las costumbres y las expresiones se mantienen constantes; es por eso también que la fe toma un rol importantísimo en lo que respecta a la creencia religiosa de los pueblos del interior. Esto es lo que vuelve clave la muerte de Momi, porque aunque no muera explícitamente como Luciano, su muerte es espiritual, representa la perdida de la fé cuando, en el final, comenta no haber podido ver a la virgen.
La muerte y el peligro están al acecho en todo momento, pero no se genera suspenso ante las continuas amenazas a la vida y a la salud de los personajes sino que discretamente, con juegos cinematográficos, sonidos que pudieran pasar desapercibidos, escenas truncas, Martel nos va llevando a una pesadilla sobria y silenciosa, mezclada por la desidia, la resignación y la falta de reacción, en medio del aturdimiento.
Guión y dirección: Lucrecia Martel
Graciela Borges – Mercedes Morán
Dieg!! me dieron ganas de ver esta peli... espero que sea tan buena como tu post!! jeje...
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